Durante la temporada de lluvias, no solo hemos presenciado vehículos inundados, árboles caídos o avenidas intransitables; otro de los efectos que traen las lluvias intensas son los socavones. A continuación, te explicamos qué los causa.
Los socavones se originan por el hundimiento del suelo debido a la formación de cavidades subterráneas. Este fenómeno, conocido como karstificación, ocurre cuando el agua disuelve las rocas subterráneas, como el yeso, la caliza y las dolomías, provocando que el suelo ceda y se formen socavones y cuevas. Esta situación puede representar un riesgo para quienes viven en las áreas afectadas.
Existen dos tipos de socavones: los de crecimiento lento, que son los más comunes, y los de colapso rápido, que pueden formarse en cuestión de horas. Ambos se generan de manera similar: cuando el techo de una cueva subterránea se vuelve demasiado delgado para soportar el peso de la superficie, colapsa, dando lugar al socavón.
Dado que este fenómeno se desarrolla bajo tierra y progresa hacia la superficie sin ser detectado, es imposible predecir el momento exacto del colapso.
Los socavones varían considerablemente en tamaño y profundidad: algunos pueden tener solo unos pocos metros de diámetro, mientras que otros pueden extenderse por varias hectáreas. En cuanto a la profundidad, pueden ser de apenas 30 centímetros o alcanzar cientos de metros. Los socavones pequeños pueden ser reparados excavando hasta llegar a un lecho sólido y rellenando el hueco con concreto; sin embargo, esto puede crear un tapón impermeable que desvíe el agua y acelere la erosión en los alrededores.
La Coordinación Nacional de Protección Civil recomienda las siguientes medidas preventivas:
Cerca del 20% del territorio nacional presenta karstificación, especialmente en la Sierra Madre Oriental y en toda la península de Yucatán.