El ambiente en las inmediaciones del Estadio Corregidora se dividió entre la indignación y el entusiasmo, tras la instalación de una casilla especial para los ciudadanos foráneos. Alrededor de las 3 de la tarde, se anunció que las boletas se habían agotado, provocando la indignación de los ciudadanos que llevaban horas esperando. Otros, sin embargo, se mostraron entusiasmados por poder emitir su voto.
Aquellos que esperaron pacientemente bajo el sol durante varias horas, con la esperanza de ejercer su derecho al voto, manifestaron su frustración y enojo al descubrir que no podrían hacerlo.
A pesar de la falta de boletas, muchos ciudadanos se mostraron entusiastas y agradecidos por la oportunidad de votar. "Es importante participar y hacer oír nuestra voz. A pesar de las horas bajo el sol, hay que participar y poner nuestro granito de arena, aunque sí hubo desorganización," dijo un votante que logró emitir su sufragio antes de que las boletas se agotaran.