El conflicto entre artesanos y el municipio de Querétaro se ha prolongado por más de 25 años, desde sus inicios en la década de los noventas.
Históricamente, mientras las y los artesanos se han instalado como ambulantes en el Centro Histórico para vender sus productos, el personal del ayuntamiento capitalino ha buscado despejar estos espacios públicos.
A finales de los años noventa, los artesanos se instalaban en el jardín Zenea, el jardín Guerrero, el Hospital General y la Alameda Hidalgo.
Para regular la venta no autorizada por parte del sector informal, el entonces alcalde, Francisco Garrido Patrón, ubicó a más de 300 ambulantes en la Alameda para vender sus productos en puestos metálicos.
Tras años de supuesto orden en la ciudad, el conflicto se reavivó durante la administración municipal de Marcos Aguilar Vega en 2016, a raíz de la detención de Pablo González Loyola, líder de los comerciantes ambulantes, así como del desalojo de los artesanos de los puestos metálicos en la Alameda.
Años después, en 2019, el entonces secretario de gobierno, Apolinar Casillas, informó que los artesanos desalojados serían reubicados en otras zonas de la ciudad, aunque no especificó dónde ni cuándo.
Fue hasta febrero de 2023 cuando se anunció la creación de un mercado artesanal en el Centro Histórico, con lo que se buscaba que las y los artesanos se pudieran establecer.
Después de 17 meses de este anuncio, el mercado abrirá sus puertas a 200 artesanos, mismos que serán localizados por sorteo.
A pesar de esta iniciativa, el nuevo mercado no contará con el espacio suficiente para que todos los artesanos puedan vender sus productos; además, no se garantiza que tengan la debida exposición a los turistas.
No obstante, la versión del gobierno establece que han llegado a una tregua parcial en vísperas de la apertura de este nuevo mercado.