México ha sido reconocido como un referente internacional en cuanto a paridad de género en cargos públicos, destacando el avance que ha logrado en la equidad de género dentro de la política y otros ámbitos del gobierno.
Durante la inauguración de la Conferencia Mundial de Mujeres Parlamentarias de la Unión Interparlamentaria (UIP), se resaltó el progreso de México en los congresos federales y estatales, que ya cuentan con paridad. A partir de septiembre, el Poder Judicial del país también alcanzará este equilibrio.
El país ha dado pasos significativos hacia la igualdad, con 13 de las 32 entidades federativas gobernadas por mujeres. Se espera que muy pronto se logre paridad en los partidos políticos y en las presidencias municipales.
Este avance ha sido acompañado por una inclusión creciente de mujeres de diferentes sectores de la sociedad, como indígenas, afrodescendientes, trabajadoras del hogar, amas de casa, abogadas, ingenieras y maestras.
Además de los avances legislativos y políticos, también se ha promovido la igualdad sustantiva, un principio que aboga por la plena inclusión de las mujeres en todos los ámbitos, garantizando su derecho a una vida libre de violencia y a un salario igual por trabajo igual.
Como parte de este esfuerzo, se han impulsado reformas constitucionales para garantizar estos derechos fundamentales y para asegurar que las mujeres puedan desempeñarse en igualdad de condiciones que los hombres en cualquier ámbito.
A nivel regional, la presidenta de la UIP celebró los avances alcanzados por Latinoamérica en términos de representación femenina en los parlamentos, destacando que la región tiene el promedio más alto de escaños ocupados por mujeres, con un 35.4%. Este logro es un testamento del poder de la cooperación interparlamentaria y del compromiso de la región con la igualdad de género.
Sin embargo, también se reconoció que aún persisten desafíos debido a las estructuras patriarcales que siguen arraigadas en muchas sociedades del mundo. Estos obstáculos nos recuerdan que la lucha por la igualdad de género está lejos de haber terminado, y que se deben seguir construyendo instituciones sensibles a la cuestión de género, así como espacios estructurados que permitan una participación equitativa y plena de las mujeres.
En este contexto, se subrayó que la lucha por la igualdad de género no es solo una causa legítima en sí misma, sino que forma parte esencial de la democracia y el desarrollo sostenible.
La paridad no puede ser considerada una excepción, sino que debe convertirse en la norma. El compromiso con esta causa debe ser firme e inquebrantable, y todos los esfuerzos deben estar orientados hacia un mundo en el que la igualdad de género sea una realidad consolidada.
Con información de EFE.