Tras firmar una primera parte horrenda, el Chelsea cayó 4-1 en su visita al Brighton y sumó su tercer pinchazo consecutivo en la Premier League y la primera derrota de la 'era Graham Potter', invicto desde que llegó al club londinense en la novena jornada.
La salida de Thomas Tuchel a principios de curso y la llegada del técnico británico, sirvió como revulsivo en un inicio pero parece que en los últimos duelos el globo se ha deshinchado. De hecho, ahora el Chelsea ya coquetea con salir de los puestos europeos. Eso ocurrirá si el Manchester United, este domingo, supera al West Ham en Old Trafford.
El Brighton fue el último equipo que ha conseguido hurgar en la herida de los hombres de Potter. Los empates ante el Brentford (0-0) y el United (1-1) en las dos jornadas anteriores, invitaban a una reacción contundente del cuadro 'blue', que, sin embargo, se derrumbó en apenas 45 minutos en los que se disparó dos veces contra su propio pie.
Con un par de tantos en propia meta de Ruben Loftus-Cheek y de Trevoh Chalobah (nunca antes en la historia de la Premier League el Chelsea se había marcado dos goles en un partido), más la diana de Trossard con la que abrió el marcador el Brighton a los cinco minutos, el Chelsea se llevó un sofocón insuperable en el segundo acto.
Y es que, Potter no ayudó con su once inicial. La excusa de sus bajas, muchas importantes (Kalidou Koulibaly, Reece James, Wesley Fofana y N'Golo Kante), no justificaba colocar a Marc Cucurella como uno de los tres centrales de la defensa. El lateral zurdo español, además silbado por la que fue su afición, anduvo muy perdido en una posición que le es totalmente ajena y su entrenador quedó señalado por su invento.
Cucurella no falló en ninguno de los tres goles del Brighton, pero sí generó dudas en toda la línea, muy timorata al inicio. El primer tanto, ya fue un síntoma de debilidad. Kaouru Mitoma, él solo, arrastró a toda la zaga para ceder la pelota a Trossard, que no falló ante Kepa Arrizabalaga. Y, luego, no ayudaron los remates en propia meta de Loftus-Cheek a la salida de un córner y de Chalobah tras un pase de la muerte de Pervis Estupiñán.
El Chelsea aún pudo llevarse más goles antes del descanso, pero Thiago Silva se encargó de enmendar un error garrafal en un pase con dos salvadas consecutivas bajo la línea. El brasileño evitó un 4-0 en 45 minutos y los hombres de Potter se encomendaron para salvar el tipo en el segundo acto.
Comenzaron bien, con un gol de cabeza Kai Havertz a los tres minutos de la reanudación, pero ahí acabó todo. Aunque Potter rectificó y cambió a un sistema de cuatro defensas, no hubo milagro. Robert Sánchez se encargó de evitarlo. Si en el acto inicial salvó las tres opciones que tuvo el Chelsea (dos a Conor Gallagher y una a Christian Pulisic), en la segunda se lució con un paradón a Pierre-Emerick Aubameyang que evitó males mayores.
El portero español, por si había dudas, confirmó que merece un puesto en la lista definitiva de su seleccionador para el Mundial e Qatar.
Influyó en el resultado y evitó la reacción del Chelsea, que se pegó un tortazo provocado por un ataque de entrenador de Potter y por una primera parte desastrosa que provocó la pérdida de tres puntos clave para el conjunto londinense. Ya el cuarto tanto, en el tiempo añadido, obra de Pascal Gross, fue una anécdota en medio del desastre.
Juan José Lahuerta // EFE