Preparar la mezcla, pegar el ladrillo, o revolver la arena, es parte de la actividad que los trabajadores de la construcción llevan a cabo en esta frontera para dar forma a edificios o viviendas.
No es una tarea fácil, pero la principal motivación de los albañiles es que saben que son el motor de la economía de su familia.
En el marco del día del albañil, este 3 de mayo, no pueden faltar las bromas, las sonrisas y la música para hacer más amena cada jornada.
Sin embargo, en todos los entrevistados, la autorreflexión está a flor de labios: "esto nos pasa por no estudiar".
"Antes estaba muy difícil pa que le dieran los estudios a uno, y a estar trabajando, y pues esto fue lo que me heredaron, fue lo que me gusto a seguir trabajando y a echarle los kilos, que más?"
Los albañiles, reconocen que su trabajo es pesado, algunos de ellos han tenido accidentes, pero nada los detiene porque están conscientes de su propia realidad.
"Es un trabajo bien pesado y no cualquiera la verdad pero pues la necesidad verdad es la que manda".
"Es un trabajo bien pesado, y ni modo hay que echarle ganas.."
Ni el calor, la lluvia o el viento, impiden que los trabajadores de la construcción sean los autores anónimos de lujosas casas o modestas viviendas que se pueden apreciar en distintos puntos de esta frontera.
La mayor fuente de inspiración está en la mente y el corazón de cada uno de los trabajadores de la construcción, cuando piensan en su familia.
"Hay que chambearle porque los que nos esperan en casa son es la familia primero, somos el sustento de la familia".
En este día del albañil, la modernidad y las circunstancias han dejado atrás la cruz que antes se colocaba en la mayoría de las construcciones en curso. Hoy esa cruz, es la que llevan a cuestas cada uno de ellos.