"El objetivo que tenemos aquí es ayudar al necesitado, a todo el que se encuentra en la calle por alguna mala decisión, situaciones de la vida que se han enfrentado".
De lunes a viernes, al mediodía, entre 50 y 100 personas acuden a recibir una comida caliente en el comedor Comunitario Casa de Pan, ubicado en avenida Obregón entre calles 9 y 10.
La Casa de Pan funciona desde hace siete años y es respaldada por la Fundación Manos de Amor San Luis A.C., una asociación civil creada por los pastores Mariano Meza y Mary Meza hace 24 años.
Quienes a diario buscan un alimento en ese lugar son personas de todo tipo y ocupaciones.
"Vienen desde prostitutas, vienen niños, vienen drogadictos (...) en algún momento que han sido dueños de negocios por una mala decisión ellos han caído en situación de calle, algunos han jugado todo su dinero en casinos, lo pierden, se quedan sin nada y han venido diciendo no tengo ni para comer".
Al igual que la Casa de Pan, la Casa del Migrante Divina Providencia, ubicada en avenida Zaragoza entre nueve y diez, también provee de alimentos a quienes de lunes a sábado se acercan a una ventanilla, de siete a diez de la mañana.
A diario, la Divina Providencia atiende a personas que no son migrantes.
"Más o menos se atiende a gente en calidad de calle o en situación vulnerable en promedio de 100 a 150 personas al día, eso es ajeno al fenómeno migratorio".
Las personas que a diario acuden a obtener el desayuno en la Divina Providencia también tienen el perfil de ser parte de grupos vulnerables.
"Ahí vemos gente con problemas de alcoholismo, algunos con problemas de drogadicción, pero pues al fin son seres humanos y merecen, yo les digo que ellos pues no son culpables muchas veces, son las consecuencias de la descomposición del tejido social".
Tanto en la Casa de Pan como en la Casa del Migrante Divina Providencia el alimento que se otorga significa la oportunidad de sobrevivir para muchos. Para José significó la oportunidad de no morir de hambre y encontrar un propósito.
"Porque pues en el momento de dar alimento quién no va a agradecer, solamente uno ignorante no va a agradecer (...) me puse a ayudarle a lavar los platos por el agradecimiento y la bondad que le dan a uno".
"Entonces esto nos puede pasar a cualquiera (...) porque una mala decisión te lleva a otra, a otra y puedes terminar en la calle y aquí es una casa de segundas oportunidades".