Muchos cambios cutáneos, como el cáncer de piel, las arrugas, y las manchas por la edad, son causadas por la exposición al sol.
Los dos tipos de rayos solares que pueden ocasionar daños en la piel son los ultravioleta A (UVA) y los ultravioleta B (UVB). Los rayos UVA afectan las capas profundas de la piel, mientras que los UVB dañan las capas externas de la piel y causan quemaduras.
La mejor manera de disminuir el riesgo de cambios cutáneos es proteger la piel utilizando protectores solares con un factor de 30 o más.
Evite la exposición al sol, particularmente durante las horas de 10 de la mañana a 4 de la tarde, cuando los rayos UV son más fuertes.
Evite las superficies que reflejan la luz, tales como el agua, la arena, el concreto, la nieve y las áreas pintadas de blanco.
Los adultos y los niños deben usar ropa para proteger la piel contra el sol, como camisas de manga larga, pantalones largos, lentes, sombrero o paraguas
Si su piel es sensible a los químicos en los productos de protección solar, escoja un bloqueador solar mineral como el óxido de zinc o dióxido de titanio.
Los productos menos costosos que tienen los mismos ingredientes funcionan igual de bien que los caros.