Entre su condición de depredador y la importancia de su reproducción, el ave conocida como playero rojizo forma parte del ecosistema marino cuyo punto de equilibrio se encuentra en las playas del Golfo de Santa Clara.
Esta es la segunda entrega de nuestra serie "El acuario de México".
El playero rojizo pertenece a un grupo más pequeño que las gaviotas, y su fisonomía varía de colores entre gris, café o color ladrillo, Es un ave de tamaño mediano, mide 25 centímetros de la punta del pico hasta la punta de la cola.
Por su característica migratoria, las parvadas de playero rojizo llegan a playas del Golfo de Santa Clara entre enero y febrero de cada año y permanecen hasta el mes de mayo, cuando migran hacia el norte para ir a zonas de reproducción. Hacen una parada en Washington y en el sur de Alaska para después llegar al noroeste de este país y en una isla de Rusia donde se reproducen.
La conexión de las 29 especies de aves playeras, entre las que destacan el playero rojizo, playero occidental, playero blanco, piwiwi, entre otros, utilizan la zona del Golfo de Santa Clara para aprovechar la disponibilidad de huevecillos del pejerrey.
Por largas distancias que recorren hasta el punto de su reproducción estas aves necesitan mucha energía, para lo cual se alimentan de invertebrados como gusanos marinos o pequeñas almejas que aportan nutrientes. Por comparación, los huevecillos de pejerrey aportan mucha más energía para el playero rojizo.
"Es un balance que ha sucedido durante miles de años y se había mantenido precisamente así como en un equilibrio no. En la naturaleza nada es completamente estático, tiene algunas fluctuaciones pero son necesarias".
De manera natural el playero rojizo como todas las especies, son presa y depredador al mismo tiempo, por lo que se establece un equilibrio entre la existencia de unas y la alimentación de otras.
Esto es lo que se conoce como ensamble de especies y el escenario ideal es justamente el poblado Golfo de Santa Clara.