"A mi marido se lo llevó la gente y a nosotros nos amenazaron de muerte", narra María del Rocío, migrante michoacana quien junto a sus hijos y la familia de su hermana salió huyendo de Apatzingán después de que un grupo organizado irrumpió en su domicilio.
Temerosa de lo que pudieron haberle hecho a su marido, nos muestra un video donde "la gente", como les llaman ellos, le corta las extremidades a un hombre, mientras repite, "así asesinan a los que se niegan a cooperar".
A once días de haber llegado a San Luis Río Colorado, asegura que el Gobierno mexicano a lo largo de la República Mexicana no los ha apoyado de ninguna manera, siendo hasta hoy las organizaciones civiles las únicas que les han brindado lo necesario para subsistir en la travesía.
Una historia similar se repite con Diana Karen, una joven de 23 años de edad y siete meses de embarazo que, junto a su esposo e hija de dos años de edad, salieron huyendo de Lázaro Cárdenas, Michoacán, hace siete días, en busca de una oportunidad para sus hijos.
Si bien, Diana Karen afirma que la gente les ha tendido su apoyo, no niega que son frecuentes los comentarios de personas que las señalan a ellas, las madres, como irresponsables, donde destacan ciudadanos norteamericanos, quienes viven del otro lado de la frontera, pero ellos, recuerda, no conocen su historia.