La calidad del aire, manejo de residuos y la generación de energía renovable es débil y tiene un impacto negativo en la prosperidad urbana de San Luis Río Colorado alcanzando desde 2018 un valor de 48.52 de 100; con lo cual el municipio queda reprobado en la dimensión de sostenibilidad ambiental.
Según el informe de ciudades prósperas publicado por ONU-hábitat, en el indicador relativo a la calidad del aire, la calificación obtenida por esta frontera fue de 23.05 de un total de 100 debido a que no existe ninguna estación de monitoreo en esta jurisdicción y el nivel de concentraciones de dióxido de carbono.
Por lo que se refiere al indicador relativo al manejo de residuos, la calificación asignada fue de 74.01; aunque en lo referente a la subdimensión del tratamiento de aguas residuales la calificación se ubica en 52.14.
Respecto al indicador de energía sustentable, la calificación obtenida es de cero.
Para el Gobierno del estado de Sonora el desarrollo sostenible no solo se centra en el tema económico, sino también en los temas ambientales y sociales.
Por esa razón desde el ejecutivo estatal se ha lanzado una política industrial muy agresiva llamada plan Sonora de energías sostenibles, donde está incluido el municipio de San Luis Río Colorado, según indicó el coordinador del Consejo para el desarrollo sostenible de Sonora.
"San Luis debo decirlo es pieza clave del plan Sonora. En San Luis hay un tema de logística de comercio internacional, de atracción de inversiones, de expansión de la inversiones aquí instaladas".
Para llegar al desarrollo sostenible en esta frontera, es importante considerar el entorno de la triple hélice, donde empresarios, instituciones educativas y el gobierno estatal enfoquen la importancia de crecer económicamente sin demérito de la protección ambiental.
"Prácticamente el desarrollo sostenible habla de generar un crecimiento actual sin comprometer a las generaciones futuras. Tenemos una demanda que ya no podemos posponer frente al cambio climático".
En el informe de la ONU-Hábitat, se indica que las ciudades prósperas son capaces de mantener un sano equilibrio entre el crecimiento económico y el medio ambiente. Son más compactas y energéticamente eficientes, limpias, menos contaminadas, más accesibles y ofrecen mejores opciones de transporte.