Jalisco ha sido señalado en reiteradas ocasiones, por ser un estado donde los actos delictivos imperan dentro de la delincuencia organizada y es que, una ciudadana que se dedicaba a la venta de productos varios, tuvo que huír de su hogar para refugiarse en Estados Unidos, debido que ya no tenía otra opción; el crimen le arrebató a su marido de un disparo.
Todo comenzó hace cuatro años cuando la familia de vendedores fue obligada por estos delincuentes, para vender drogas a los clientes.
Sin embargo, estos por temor a morir, tuvieron que acceder por un periodo corto de tiempo, pero el destino en ese momento les benefició, ya que pudieron escapar de ese peligro dos años después.
Dos años de paz vivió la familia de vendedores, cuando de pronto el COVID-19 alteró el orden de las cosas y fue en ese entonces, cuando la familia fue localizada y amenazada de nueva cuenta.
Esta vez, el marido fue el objetivo principal, puesto que la esposa del difunto, comenta que un día, su pareja llegó aterrado pero no se habló del tema.
Tras un viaje con la familia, la señora narra que acudió a la casa de la abuela de su marido, para entregar alimento como usualmente acostumbraban, pero horrorizada, fue testigo de los disparos que recibió su esposo frente a ella.
La cosa no acabó ahí, puesto que las amenazas continuaron hacia la familia y el hostigamiento se hizo presente y por ello, junto a sus hijos, huyeron para buscar la oportunidad en el país americano.
Crímenes sin respuesta, es lo que resume la mujer migrante que huyó de Jalisco y sin una autoridad que la respalde, la opción más viable, es escapar cuanto antes, pues la vida de sus seres queridos, corre peligro por cada segundo que permanece en México.