Migrantes de diferentes partes de méxico y sudamericanos, han tratado de cruzar hacia Estados Unidos con la esperanza, de que el tan anhelado sueño americano pueda ser obtenido con esfuerzo o dedicación.
No obstante, la realidad tropieza cuando muchos de estos se encuentran cruzando la frontera entre San Luis Río Colorado y Arizona, donde al no soportar las altas temperaturas del ambiente, suelen pedir ayuda a las autoridades por medio del 911 o a sus familiares, para evitar lo que podría ser, una muerte segura.
El encargado de grupo Beta en el municipio, Luis Flores, manifiesta que al menos en el mes, suelen ocurrir de 2 a 5 rescates.
Se conoce por parte del Instituto Nacional de Migración, que desde la colocación del muro fronterizo, ha existido al menos un caso mensual de personas que sufren rupturas de cuerpo, principalmente en las piernas o columna, donde arriesgan su movilidad y que en algunos casos, han estado al borde de la muerte.
La atención médica suele ser brindada y estabilizada por autoridades de Estados Unidos.
Conforme la salud del migrante, es trasladado hacia México, donde se realizan las gestiones y determinan la condición futura de la persona.
Cabe resaltar que antes de ingresar por frontera, el Instituto Nacional de Migración evalúa la condición del migrante y si cuenta con sintomatología relacionada al COVID-19, rapidamente es Cruz Roja Internacional, la encargada de hacer el traslado correspondiente, independientemente si han sufrido o no, los estragos provocados por el desierto fronterizo.