La mosquita blanca, una plaga que ataca entre otros cultivos, al de algodón, así como calabaza, sandía y melón, llegó a los valle de San Luis Río Colorado y Mexicali, en el año 1991.
En aquel entonces, las pérdidas estimadas por la destrucción de miles de hectáreas de cultivos se calcularon en 60 mil millones de pesos.
En los últimos dos años, las poblaciones de mosquita blanca que se han detectado han sido controladas, de acuerdo a los datos de la Junta Local de Sanidad Vegetal.
"Hemos tenido realmente poca incidencia, poca infestación de mosquita blanca, la hemos mantenido muy por debajo del umbral, verdad (...) hay algunos predios que a veces hay un pico, verdad, donde sí se dispara un poco, pero los productores hacen algunas aplicaciones de insecticida".
Un documento de 2014 llamado "Plan de Manejo Fitosanitario Regional de la Mosquita Blanca en San Luis Río Colorado" da cuenta de las altas poblaciones de la plaga de ese año, pues se detectaron hasta 14 adultos de ese insecto por pulgada cuadrada.
Entre las medidas implementadas para el control de la mosquita blanca se estableció una rigurosidad en los periodos de siembra, así como en las fechas límite en la destrucción de los cultivos una vez transcurrida la cosecha.
"De ahí en fuera seguimos con una zona libre de gusano rosado y de picudo en el algodonero, que también el algodonero es un cultivo susceptible a la mosquita blanca, pero te digo no tenemos problema con esa plaga".
A la par del combate y control de la mosquita blanca, también se desarrollan actividades para detectar y mantener alejadas a otras plagas, esto de acuerdo con un programa de diez campañas desarrolladas a lo largo del año.
"Llevamos también una campaña contra copitarsia, que es una plaga también que le pega a algunas hortalizas, sobre todo brócolis, repollo, coliflores, quelites".
Aarón Juárez Medina consideró que el fenómeno de las plagas en los cultivos del valle agrícola local se mantiene controlado y por ello se puede hablar de un campo limpio.