Mientras la cosecha de algodón registra un avance apenas del 30 por ciento con respecto a la superficie sembrada, la comercialización de ese cultivo no tiene expectativas claras en cuanto a la comercialización.
De acuerdo a información de la Junta Local de Sanidad Vegetal, para el presente ciclo del cultivo del algodón se sembraron 2 mil 273 hectáreas, lo que representa un incremento de 150 hectáreas con respecto a 2023, pero 1 mil 700 hectáreas menos que en 2022.
Uno de los factores que influye en el lento avance de las actividades de cosecha del antes llamado "oro blanco" es precisamente la incertidumbre del precio en el mercado internacional.
"Van cosechadas alrededor de 706 hectáreas (...) como parte de la labor pues que nos corresponde estar revisando que es la destrucción de residuos del cultivo, pues hasta ahorita se llevan destruidas, ya barbechadas prácticamente 393, 394 hectáreas".
Según la información de los precios de diversos productos en el mercado internacional, este jueves el quintal de algodón inició con un precio de 69 dólares y centavos, es decir, sin llegar a los 70 dólares. Las previsiones que se tenían hacia el cierre de operaciones era que el precio cayera unos centavos por debajo del precio de inicio.
Fue el 5 de diciembre cuando el precio del quintal de algodón se ubicó por encima de los 71 dólares, pero en los días subsecuentes el precio ha ido bajando.
Y es que la incertidumbre en el precio del algodón es otro de los factores que inciden en que las actividades correspondientes no se vayan cumpliendo en tiempo y forma.
"Sabemos de las situaciones que se presentan, verdad, situaciones de precio que es una de las limitantes porque pues si no hay una remuneración que al productor le deje para seguir adelante, que no quede en cartera vencida o alguna situación como esa".
El periodo de cosecha de algodón vence el 31 de diciembre según el calendario de la Junta Local de Sanidad Vegetal y los programas de manejo del cultivo, por lo que se mira complicado que los productores locales puedan cumplir con ese plazo que además incluye la destrucción de las plantas que quedan ya sin hojas y sin fibra blanca una vez que pasan las máquinas cosechadoras.