Para la gran parte de la población mundial, la pandemia del COVID-19 resultó como una de las afectaciones más catastróficas debido a que sigue sin existir una cura para tratar la enfermedad, lo que ha provocado el pánico de aquellos que buscan adaptar su nueva vida cotidiana, en algo que los proteja de este virus.
Sin embargo, existen ciudadanos que no pueden darse el lujo de parar actividades, debido que, a pesar de conocer los riesgos que puede provocar su área laboral, deben hacerlo, ya que no existe un sustento federal, estatal o municipal que los ayude. Los pepenadores como son conocidos en San Luis Rio Colorado, son un grupo específico de personas que trabajan en el basurero del municipio, recolectando materiales como botellas de plástico, papel o varios tipos de metales, para venderlos a una recicladora y ganar dinero diariamente. La líder del sindicato de pepenadores sanluisina, Maria isabela Alvarado Huescas, menciona que temen más el no poder vivir un día sin comida, que la enfermedad COVID-19. Son alrededor de 120 a 170 pesos sus ganancias diarias por recolectar estos materiales en sus horas laborales. De los 60 pepenadores que componen el gremio, se dividen en 4 turnos distintos donde la basura es repartida entre ellos y bajó la suerte de encontrar lo necesario para sobrellevar el día a día. La líder sindical, mencionó que ninguna persona tiene permitido dormir o adaptar un hogar en el basurero, por lo que cada uno cuenta con su casa hecha de madera, residuos o en el mejor de los casos, con material sustentable. El jefe de trabajo de pepenadores, Francisco Javier Herrera, menciona que para ganar dinero, deben llenar al menos dos o tres bolsas de basura de lona con dimensiones de 1 metro cuadrado de base y dos de altura diariamente, lo que supone un trabajo de incluso 10 horas diarias. Según por fuentes extraoficiales, se conoce que son aproximadamente 170 toneladas diarias de basura que recolectan los camiones de Obras y Servicios Públicos municipales repartidos por 13 camiones en la mañana y 7 en la noche. No obstante, un pequeño porcentaje va hacia este basurero municipal, debido que el resto se encuentra en una zona alejada de la mancha urbana, agrega Francisco Herrera. A diferencia de otros ciudadanos, estos deben pagar su seguro bienestar para poder ser atendidos ante una dependencia de salud, además, algunos manifestaron que los recibos de electricidad en estas épocas de primavera-verano, ascienden entre los 600 a 1 mil pesos respectivamente. El riesgo sanitario contra otro día mas de comida, es la decisión que los pepenadores municipales deben tomar diariamente. Sin apoyos gubernamentales de los tres niveles de gobierno, corren el riesgo de ser contagiados, pero lo prefieren de igual manera.