El triángulo de la seguridad es lo que evalúa la calidad de la cual gozan las ciudades, este está conformado por la protección, la prevención y el control, aspectos que determinan la situación de una ciudad, en San Luis Río Colorado se vive una situación de inseguridad que no está siendo regulada y que pone en peligro a la ciudadanía en todos los aspectos posibles.
A pesar de que existen instituciones y funcionarios encargados de velar por la seguridad de la población, el semáforo delictivo del estado de Sonora indica que el conjunto de normas, procedimientos y políticas que se están llevando a cabo para salvaguardar a los ciudadanos no está dando resultados.
En enero de este año el semáforo delictivo indicaba que San Luis contaba con 4 semáforos en rojo que abarcaban el narcomenudeo con 45 incidentes, Robo a vehículo con 16 casos, robo a casa con 15 sucesos y 50 incidentes de violencia familiar.
A diferencia de las cifras registradas en mayo de 2021 donde se registraron 12 casos de homicidio, 1 incidente de secuestro, 39 registros de narcomenudeo, 9 robos a casa habitación, 3 robos a negocio, 2 casos de violación y 16 denuncias de violencia familiar.
A pesar de que estas cifras se encuentran claras el semáforo delictivo que Sonora brinda actualizado al mes de Mayo revela que la incidencia y aparición de San Luis Río Colorado en la delincuencia va en ascenso y multiplicando su espectro a nivel estatal alcanzando hasta un 50% de incidencia en secuestros.
Por su parte los organismos encargados de recolectar esta información que es necesaria para realizar las labores correspondientes no cuentan con los índices de incidencia dentro de la ciudad actualizados lo cual pone en duda la labor de los funcionarios asignados a este sector.
Todas las situaciones que se reportan diariamente a la secretaría de seguridad pública municipal son casos que no se resuelven de un día para otro debido a toda aquella actividad de funcionarios que pausa los casos y atrasa las investigaciones
Como ciudad fronteriza San Luis enfrenta casos de tráfico de droga en los cuales intervienen autoridades estadounidenses que buscan detener estas situaciones y refuerzan sus parámetros de seguridad para no permitir el acceso de estas sustancias dañinas entre las cuales figuran la heroína, marihuana y metanfetaminas.
El valle tampoco es una zona libre de la delincuencia debido al control nulo de las autoridades el hallazgo de cadáveres, reporte de riñas y la quema de carros forman parte de las actividades delictivas de esta zona, mismas que generan un tiempo de respuesta mayor por la distancia a la que se encuentran por parte de las autoridades.
Contrario a lo que se esperaba de los operativos para reforzar la seguridad esta ciudad ha sido testigo de como unidades de vigilancia desempeñan su labor fuera del marco de la ley, dejando de lado el patrullaje responsable para cometer abuso de poder.
Sin duda alguna una población que no confía en los cuerpos de seguridad que deberían de protegerlos es una situación deplorable que se espera tome un rumbo diferente con la nueva administración y que su compromiso con salvaguardar y proteger a la ciudadanía no se vea opacado con más semáforos rojos en la cuenta de la ciudad