La pandemia es un parteaguas para la salud mental debido a la concientización que se genera a partir del cambio tan drástico en las rutinas del día a día de las personas, nunca antes se había arraigado tanto el tratamiento psicológico hasta que se tuvo que pasar año y medio en total encierro.
Para el área de salud mental y los docentes la perspectiva pedagógica fue uno de los grandes retos durante la pandemia ya que se evidenciaban los métodos que los profesores utilizaban y como a los alumnos les costaba acostumbrarse a ellos con las nuevas tecnologías, también se pudo notar las deficiencias del sistema educativo de México y lo necesario que es crear uno desde cero en lugar de tomar un sistema de otro país que si funcione ya que se cuenta con características propias que no se pueden adaptar como lo es el nivel socioeconómico.
La necesidad social de la interacción física entre los alumnos hace que el regreso a clases pueda ser más ameno sin embargo esto no significa que las normativas de los protocolos covid puedan ser respetadas y mucho menos acatadas por los más pequeños creando así una nueva ola de contagios y el regreso desde el punto de partida de la pandemia.
Las planificaciones escolares que utilizan un método practico mayor fueron las más afectadas debido a que la pandemia no permitió realizar los retos de aprendizaje necesarios en las áreas especializadas como laboratorios lo cual es una causa directa del desarrollo del síndrome del impostor en el cual la seguridad del estudiante se ve comprometida por sí mismo y no logra desenvolverse en su totalidad ya que se autosabotea.