Justo el día de la visita del Mandatario a San Luis Río Colorado, la pesadilla de Letizia y su primo Josué crecía por la indiferencia con la que un asistente del Presidente, quien refirió ir apurado a la reunión con Arturo Durazo Montaño en Las Adelitas, los trató, pues acudieron a Palacio Municipal a pedir apoyo del Presidente para costear los innumerables gastos médicos que a raíz de los impactos de bala que tienen alojadas ella en su pierna derecha y él en el cráneo, sin contar el tratamiento que de por vida deberá recibir su hija de 11 años quien sufre autismo, han tenido que sufragar solos, como resultado del enfrentamiento armado el pasado 19 de enero a las afueras de una frutería, del que no tienen nada que ver, como reza el discurso del Gobierno del que anda mal, termina mal. Son uno de los innumerables casos de impunidad que deja la inseguridad y violencia en esta zona.
Su primo la esperaba en el carro, cuidando a su hija, y ella, después de haber sido alcanzada por una de las balas que pasaban a centímetros de ella y de empleados en el piso, sólo pensaba en ellos.