Desde que inicio la pandemia del COVID-19 en SLRC, los paramédicos de la cruz roja, al igual que todo el personal de la salud, arriesgan su salud y la de su familia todos los días, cuando salen a al realizar sus labores diarias.
Por ello, han tenido que modificar su manera de trabajar y de vivir ante el temor de contagiarse del virus, comenta el paramédico Miguel Padilla, quien señala que desde que iniciaron los brotes de coronavirus en SLRC, han atendido alrededor de 41 reportes de sospecha por COVID-19. Así mismo, expresa que a pesar de que cuentan con todo el equipo de protección para atender este tipo de casos, el temor a un contagio es latente, ya que no pueden permitirse ningún tipo de descuido al quitarse los trajes de protección, los cuales se deben desechar luego de utilizarlos ya que estos se encuentran infectados y pudieran contagiarse de no retirárselos con las medidas pertinentes. En este sentido, Miguel Padilla, comenta que tienen un cuarto especial para retirarse los trajes, luego de atender algún caso de sospecha de COVID-19 y lanza un llamado a toda la comunidad que aún se mantiene incrédula ante esta situación, a que se tome con mayor seriedad el tema, ya que esta pandemia es una realidad, que no tiene nada que ver con politiquerías, ni con historias de conspiraciones, como muchos aun lo quieres hacer ver. Por su parte, la señora Ana Lilia Villegas, quien es madre de familia y rescatista voluntaria de la Cruz Roja desde hace 17 años, comenta que, en su experiencia dentro de la institución, esta es una de las situaciones más difíciles que les ha tocado enfrentar como rescatistas. Bajo esta línea, la rescatista señala aún existe bastante desinformación por parte de las personas que se mantienen incrédulas ante esta pandemia, ya que comenta que, para ella, son afortunados aquellos que dicen no conocer a nadie que se haya contagiado de covid-19, ya que cuando algún familiar o conocido adquiere el virus, la perspectiva es totalmente distinta. Ante esto, asevera que quienes aún se mantienen incrédulos, hablan desde su ignorancia ya que esta es una situación muy seria que no se puede tomar a la ligera, por ello, comenta que aun sin recibir una remuneración económica por su labor, ella cada domingo acude a la unidad de Cruz Roja, para servir como voluntaria por el amor a la comunidad sanluisina. Finalmente, cuenta que a pesar de que su único hijo ya está grande, todos los días se mentaliza para salir a realizar su voluntariado sin el temor de contagiarse o de contagiar a sus familiares y asegura que, hasta el momento, no ha sufrido algún tipo de acoso o malos tratos por parte de los sanluisinos que la han visto realizar algunas compras en su uniforme de voluntaria, por lo que se dijo agradecida. Y reiteró un llamado a todos los residentes de esta frontera, para que permanezcan en casa hasta que se levante la contingencia sanitaria, ya que el riesgo de contagiarse es real y está latente si no se siguen las recomendaciones sanitarias