Pese al crecimiento que han tenido las tiendas de conveniencia y los autoservicios en San Luis Río Colorado, los abarrotes y pequeños mercados ubicados en el interior de colonias y barrios de la ciudad siguen subsistiendo.
Servicio personalizado, comodidad y cercanía son algunos de los beneficios que estos negocios, en su mayoría atendidos por familias completas, es lo que permite que sigan contando con una nutrida clientela.
Es el caso, por ejemplo, de la señora Esmeralda Montenegro, quien atiende su abarrote, junto con su esposo, pero con un horario adaptado a sus posibilidades y distinto del de la mayoría de los comercios.
"Más de 30 años trabajando aquí, nomás que pues abrimos en la tardes (...) de la cinco a las once de la noche (...) es porque yo no tengo tiempo, en la mañana es que cuido a mi nieta".
Entre las claves para que estos negocios sigan subsistiendo, de acuerdo a los propietarios y empleados, es la cercanía con los clientes y la facilidad para acudir incluso a pie.
"Hay clientes que ya conocen aquí, hay clientes que ya son frecuentes, que ya tienen desde que abrió la tienda, entrando aquí a la tiendita entonces como que ya es costumbre de la gente, aparte de que les queda cerquitas".
Hoy los propietarios de estos negocios confían en que sus antiguos clientes les sean fieles y por ello incluso usan las redes sociales para promocionarse.
"Pues aquí los vecinos, y ´pues también viene gente así de lejos, que pues tenemos clientes así ya viejos y nos dicen que pensaban que ya no abríamos y yo le digo sí porque yo empecé a publicar ".
Las historias familiares de esfuerzo y dedicación también están detrás de la permanencia de estos abarrotes tradicionales que no recurren a la publicidad en medios de comunicación sino que se fortalecen por la lealtad de sus clientes y en una disciplina.
"Teniendo una disciplina que todos los días a un horario fijo hacerlo, llueve, llueva, truene, relampagueé o tiemble, porque ha temblado y aquí ha estado abierta la tienda, siempre el servicio del cliente, con mucho amor y mucho respeto".
La señora Margarita Torres señala que su negocio de abarrote, que ha funcionado por más de 30 años con base en el trabajo familiar, se ha sostenido pese a la cercanía de grandes empresas que se han instalado en el sector de la colonia Campestre. La clave, subraya, es el respeto por el cliente.
"No alterando precios sino poniendo lo que va, como va, porque en algunas partes dicen no pues es que se va a escasear, no va a haber, como en ocasiones que ha temblado, y me dicen pero como usted no le sube, no es que así debe de ser, es un respeto hacia el cliente, un amor hacia el que me da de comer".