Tatuarse hoy está de moda. Es una tendencia estética que ha roto paradigmas de hace 25 años cuando llevar dibujos o letras en el cuerpo se vinculaba con pandilleros o personas purgando una sentencia en prisión.
Diversos estudios sociales han abordado esta práctica humana que expresa la apropiación del cuerpo, y que ha pasado de identificar y estigmatizar a sus portadores, a ser una forma de popularizar y democratizar lo que una persona quiere decir de sí misma.
"Está claro que tenemos un paso del estigma, de ese viejo estigma que teníamos hacia lo que es la formalidad".
Hoy en el Día Internacional del Tatuaje, dos sanluisinos dedicados a la actividad de plasmar mensajes e imágenes en la piel, dan a conocer sus experiencias.
"Yo me metí a, empecé a venir a un tattoos porque mi mamá hace perforaciones, y pues yo iba a aprender a hacer eso, nomás que pues me llamó mucho la atención de los tatuajes".
"Desde chiquillo me gustaba dibujar, desde los, yo creo, ocho años (...) y era porque miraba a mí tío, los dibujos de mi tío, que él es ahorita el dueño de aquí del lugar Avalon Tattoos".
Científicamente el tatuaje es una herida en la piel que se va creando de tal manera que a través de microagujas se deposita la tinta en las diferentes capas de la piel, principalmente en la dermis, para que permanezca con el tiempo.
Sin embargo, para quienes se dedican a plasmar imágenes y palabras en la piel, consideran que es un arte.
"Es un arte, sí hay que saber tenerla esa, se puede decir que te guste, pasión se puede decir (...) , pero sí es un arte, tienes que también técnica, tener práctica (...) hay varias técnicas para que entre la tinta".
"A través del tatuaje puedes expresar muchas cosas, sentimientos, etcétera, como si fuera una pintura, un dibujo, así, pero es algo que queda grabado en tu piel".
Tatuarse el cuerpo es una decisión personal que debe ser tomada de manera consciente. De acuerdo al REGLAMENTO DE CONTROL SANITARIO DE PRODUCTOS Y SERVICIOS, que deriva de la Ley General de Salud, las personas dedicadas a tatuar deben brindar información suficiente a sus clientes, en relación con lo irreversible de ese tipo de procedimientos, los riesgos y cuidados posteriores, así como evitar realizar tatuajes a menores de 18 años, a menos que sea autorizado por los padres o tutores.
Incluso, se debe sugerir a los clientes ciertas imágenes no adecuadas o plasmadas en determinadas partes del cuerpo.
"Porque pues te miran niños, verdad (...) gente a que lo mejor se ofendan (...) siempre se le tiene que sugerir eso, sería mala onda de nuestra parte no decirle, pero al final es su cuerpo, verdad".
"Yo no tatúo menores, ni nada, a menos que sea con un permiso de sus papás y que ellos vengan y firmen una hoja, de ahí en fuera yo no puedo tocar menores".
Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México indica que en nuestro país, tres de cada 10 habitantes tiene al menos un tatuaje.
Por su parte, datos de la Encuesta Nacional de Discriminación realizada en 2022, señala que de la población mayor de 18 años que reportó haber sido discriminada, en 30% de los casos se atribuyó a la imagen personal, entre ellos los tatuajes.
"Hasta los noventas el que traía tatuajes porque de plano, de plano le valía la vida, estaba en la prisión, verdad (...) yo creo ahorita ya se está aceptando un poco más (...) las nuevas generaciones ya lo están mirando más como moda, ahorita ya la calidad del tatuaje ha subido".