Desde pequeño siempre mostró el amor y el talento para jugar el futbol, José Alejandro Urías Félix el menor de cuatro hermanos siempre tuvo el sueño de llegar lo más lejos en este deporte.
Después de varios campeonatos Estatales y Nacionales, logros individuales, llegó el momento de la despedida, pues había llegado la oportunidad de ingresar a las fuerzas básicas del Club Rayados de Monterrey.
Han sido cuatro años de estar lejos de la familia, amigos y de su ciudad natal Nogales, con su gente, de su raíces en Sinaloa, cuatro años de altibajos de llorar, de sufrir, pero también de alegrías, de metas, de logros, de esforzarse.
Y esta imagen dice más que mil palabras, ese beso a la Copa significa mucho y le da sentido a todo el sacrificio que ha hecho junto con su familia, esa medalla bañada en oro quizá no le devuelva esos momentos perdidos con sus padres y hermanos.
Pero es parte del crecimiento de esos seres que nacieron con una estrella que brillan con luz propia. El camino es joven y el destino incierto ya demostró de que está hecho, los sueños se cumplen cuando se lucha por ello.
