La vaquita marina, ha sido una especie que desde los años 50 fue descubierta, pero no fue hasta 1992 cuando se decretó que por medio del Comité Técnico para la Preservación de la Vaquita y la Totoaba en el Alto Golfo de California, cuidarían de las especies que en aquel entonces, contaban con cientos, sin llegar a los mil ejemplares por cada una.
El biólogo del Golfo de Santa Clara, Agustín Sánchez Osuna, manifiesta que es injusto que culpen al pescador furtivo por su extinción, debido que la vaquita marina, es una especie difícil de domar y con las redes que cuentan los pescadores de la región, sería virtualmente imposible de capturar si esta, se encuentra en perfecto estado.
De acuerdo a la información del Gobierno de México, se habla de que puedan quedar menos de 22 vaquitas marinas.
Sin embargo, en base a los estudios e información recopilada por el biólogo, menciona que pudieran ser menos de 10 ejemplares que rondan por el mar, lo cual es una situación preocupante y que desafortunadamente, la falta del agua en el Río Colorado, el malestar que pudieran presentar por alguna bacteria en el mar, entre otros factores, pueden incluso, terminar con la especie sin que el humano, necesariamente intervenga.
Sin embargo, luego que en 2015 se estableciera la suspensión de actividades pesqueras en el Golfo de Santa Clara para la preservación de la especie, el biólogo declara que el gobierno tampoco ha sido puntual con los incentivos monetarios que prometió a los residentes que dependen de la pesca y que por el contrario, existen personas que nunca han sido pescadores y aún así, reciben ingresos de forma injusta.
En cuanto a la especie en peligro de extinción, continúa siendo incierto el futuro que esta le depara, ya que existen resultados que pudieran señalar, que la muerte para todas ellas, se acerca con mayor fuerza