Adoptar buenos hábitos podría reflejarse en una vida más sana
Tener una buena salud no trata solamente de aliviar enfermedades, sino también de prevenirlas, y para esto crear hábitos saludables es fundamental, pues un estilo de vida adecuado es esencial para cuidar nuestro cuerpo.
Antes que nada, cuidar nuestra alimentación es esencial para mantener nuestro bienestar, ya que una mala alimentación puede desencadenar distintas afecciones con el tiempo, por lo que tener una dieta balanceada, aumentar el consumo de frutas y verduras a, por lo menos unos 400 gramos, incluir legumbres como lentejas y frijoles, nueces y granos integrales como maíz, avena, trigo y arroz integral; y reducir el consumo de azúcares y grasas será el comienzo de una vida saludable. Asimismo, controlar nuestro peso es crucial, pues la obesidad afecta a la mayoría de los sistemas del cuerpo, como el corazón, el hígado, los riñones, las articulaciones y el sistema reproductivo, llevando a graves afecciones cardiovasculares.
Otra actividad esencial es el ejercicio, clave para prevenir y controlar enfermedades cardíacas, la diabetes tipo 2 y el cáncer, así como para reducir los síntomas de depresión y ansiedad, el deterioro cognitivo, mejorar la memoria y la salud cerebral. Además de crear hábitos buenos, también es necesario dejar otros, como fumar, ya que esto previene el riesgo de cáncer pulmón, el riesgo de accidente cerebrovascular o desarrollar una enfermedad cardíaca. Lo mismo con las bebidas alcohólicas, pues el abuso del alcohol es un factor de salud importante, siendo un factor causal en más de 200 enfermedades y lesiones, y está asociado al riesgo de desarrollar enfermedades graves no transmisibles como la cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares. En todo el mundo, 3 millones de muertes al año son el resultado del uso nocivo de esta sustancia.
Mantener una buena calidad de sueño es fundamental para que el cuerpo regule las hormonas, restaure el sistema inmunológico y contribuya a la preservación de las neuronas; además, reduce el estrés y el riesgo de problemas como diabetes, hipertensión e incluso infartos. De igual modo, la salud mental y física están asociadas, por lo que, cuidar nuestra mente también impactará en nuestro cuerpo.
Adoptar estos hábitos puede contribuir significativamente a mantener un cuerpo sano y promover el bienestar general, además de ser conscientes de que la consistencia es clave, y pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia con el tiempo.