Salamanca y sus alrededores enfrentan una crítica escasez de agua, a pesar de que el distrito de riego tiene una concesión de 955 millones de metros cúbicos de agua, durante los últimos cinco años han recibido significativamente menos de lo asignado.
La situación se agrava por la falta de lluvias, lo que ha llevado a que las autoridades distribuyan el agua en función de las lluvias anuales. En 2023, el suministro se redujo al mínimo histórico de 460 millones de metros cúbicos, mientras que en 2022 recibieron 550 millones y en 2021, 700 millones de metros cúbicos.
Ante este panorama desalentador, los agricultores locales se enfrentan a serias dificultades. Muchos han recurrido a solicitar créditos para poder mantener sus tierras productivas. Algunos de ellos buscan créditos de avío para la adquisición de insumos como semillas, fertilizantes e insecticidas, mientras que otros optan por créditos refaccionarios para la compra de maquinaria agrícola.
Se estima que entre el 50% y el 60% de los agricultores del distrito tienen deudas pendientes con bancos, cajas populares o prestamistas privados. Esta situación pone en riesgo la estabilidad financiera de los agricultores y la viabilidad económica de la región en su conjunto.
Ante esta situación, Agustín Robles ha llamado a la acción urgente, para abordar la crisis hídrica y garantizar el sustento de los agricultores y la seguridad alimentaria de la región.