Fue en septiembre del 2020, en que Andrea perdió a su padre, en medio del luto, tomó una camisa y comenzó a coser, la forma de un oso la llevó a sobrellevar el duelo y la pérdida, a la fecha ha creado más de mil osos para familias que han perdido a un ser querido.
En medio de la pandemia, Andrea comenzó a fabricar los osos tras los fallecimientos que dejó la enfermedad, a 4 años, hoy continúa cosiendo y formando cada figura, sin embargo, hoy convierte las prendas en osos de memoria, de las víctimas de la violencia.
Andrea toma cada prenda con cuidado, traza cada parte con respeto, abotona y une pieza por pieza con delicadeza, sabe que no es cualquier blusa o camisa, sabe que debe poner amor en cada una de ellas, pues perteneció a un padre, una madre, una hija, un hijo, un ser especial para la familia que vive el duelo.
Cada uno de estos osos perpetua la memoria, la risa, la presencia, el perfume de alguien que hoy no está físicamente, pero que es una manera de mantener su recuerdo. Andrea, ha modificado su técnica al coser y cortar, además de que ha innovado, hoy el pequeño oso puede llevar una grabación con la voz de la persona que falleció o bien un corazón que late al momento de abrazarlo.
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