No es un secreto que utilizar un transporte de combustible es responsable de una gran emisión de gases de efecto invernadero, y aunque es muy útil para trasladarnos en menor tiempo a largas y cortas distancias, existen alternativas más amigables con el planeta que nos ayudará a movernos y reducir nuestra huella.
La primera opción es optar por un transporte sostenible, como caminar, andar en bicicleta o usar el transporte público, lo que reduce las emisiones de carbono; así como los vehículos híbridos y/o eléctricos, los cuales son más eficientes en el consumo de combustible y producen menos emisiones, ahorrando hasta 700 kilogramos de CO2 equivalente al año. Si el lugar al que quieres llegar está muy lejos y no te queda más remedio que viajar en carro, se puede considerar compartir el viaje con otra persona, lo cual puede reducir las emisiones de carbono hasta en 1 tonelada.
Mantener el auto en buenas condiciones también tiene un impacto positivo, ya que afinarlo y hacer chequeos periódicos para mantenerlo en buen estado ayuda a garantizar una larga vida útil lo que se traduce en una huella de carbono menor. De igual manera reducir la velocidad, planificar las rutas para evitar atascos y reducir viajes innecesarios y mantener los neumáticos inflados correctamente. Por parte de las autoridades, también se puede contribuir con infraestructuras sostenibles, para peatones, ciclistas y transporte público.
Implementar estas acciones no sólo ayudará a reducir la huella de carbono, sino también a ahorrarnos dinero en combustible, cuidar nuestro vehículo y mejorar la calidad de vida al promover hábitos más saludables y sostenibles.