El centro histórico enfrenta un problema de vandalismo, donde diversas fachadas de edificios emblemáticos han sido afectadas por grafitis. Esta situación no solo daña la imagen del municipio, sino que también afecta al turismo, ya que visitantes y locales han señalado el impacto negativo en la percepción del espacio público.
El deterioro de este entorno histórico, que debería ser un atractivo cultural, desanima a turistas y afecta la convivencia de los salmantinos. Comerciantes. También manifiestan su preocupación, pues consideran que es un problema que repercute en su economía.
Autoridades han anunciado iniciativas para combatir el vandalismo, como programas de limpieza y pintura de algunas fachadas, así como campañas de concientización dirigidas a los jóvenes.