El incremento salarial no sólo tiene un impacto positivo en la calidad de vida de los trabajadores, sino que también forma parte de un círculo virtuoso que impulsa el consumo local, uno de los motores fundamentales de la economía. A su vez, esto contribuye al aumento de la productividad de las empresas y de la economía en general, aunque también conlleva un encarecimiento de productos.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. El sector constructor, en particular, se enfrenta a desafíos considerables. El aumento en los costos de materiales como el acero ha generado un periodo complicado para la industria, por lo que se prevé un incremento en los materiales de construcción a lo largo del 2024, lo que resultará en un aumento de los costos de viviendas y obras en general. Durante 2022 y 2023, el sector constructor ya experimentó una fluctuación del 3.5% en los precios de materiales como arena, grava, asfalto y materiales pétreos.
Aunque los costos del acero parecen estabilizarse, esto podría cambiar dependiendo de las afectaciones por la inflación, que actualmente se sitúa en un 3.5%. Se espera que los precios de materiales como gravas, arena y materiales pétreos experimenten un aumento del 3 o 4% para el presente año.