Aunque para mucha gente la canícula representa un tema de risa, un mito y una creencia de antiguas generaciones, la canícula existe y es un fenómeno meteorológico que genera lluvias aisladas y un alto grado de humedad, estas condiciones provocan una rápida descomposición de los alimentos y son más comunes las afectaciones o malestares estomacales.
La canícula inicia en julio y termina principios de septiembre, en lo que va de este lapso de tiempo del presente año, la Jurisdicción Sanitaria tiene registro de que las intoxicaciones alimentarias se han incrementado en un 12 por ciento, cifras hasta ahora por debajo de la incidencia en años anteriores.
Para evitar afectaciones a la salud durante el periodo de la canícula, es recomendable consumir alimentos elaborados el mismo día o almacenarlos bajo una adecuada refrigeración, también es importante no exponerse por tiempo prolongado a los rayos solares o altas temperaturas, ya que durante la canícula también son frecuentes los cuadros de deshidratación.