Consumir alimentos con antioxidantes es esencial para el cuerpo, ya que estos compuestos químicos ayudan a proteger las células del cuerpo contra el daño causado por los radicales libres, moléculas inestables que pueden dañar las células, los tejidos y el ADN a nivel celular; este daño se relaciona con el envejecimiento, diversas enfermedades y la aparición de ciertos tipos de cáncer.
Estos nutrientes se encuentran en alimentos como las verduras de hoja verde, los cítricos y las frutas rojas, algunos tés, los cereales integrales, el chocolate negro, algunas legumbres como las alubias, entro otros, y son útiles para neutralizar los radicales libres, evitando que dañen las células.
Entre sus beneficios, estos tienen la capacidad de reducir la oxidación del colesterol LDL o colesterol malo, que contribuye a la formación de placas en las arterias, provocando enfermedades cardiacas; además, algunos estudios sugieren que una dieta rica en antioxidantes puede estar asociada a un menor riesgo de enfermedades crónicas como las cardiopatías, algunos tipos de cáncer y el Alzheimer. Asimismo ayudan a proteger la piel de los daños del sol y favorecen la cicatrización de heridas; además contienen nutrientes asociados a la salud ocular que pueden ralentizar la progresión de enfermedades oculares degenerativas, permitiéndonos mantener una buena visión.
De igual modo, los antioxidantes son benéficos para la recuperación muscular y mejoran el rendimiento físico; además de ayudar a mantener sano el sistema inmunitario al proteger las células inmunitarias del daño oxidativo.
La mejor manera de obtener estos nutrientes es tener una dieta balanceada que les permitan trabajar en sinergia, procurando frutas, verduras, frutos secos, granos enteros y fuentes de proteínas magras.