La celebración del 10 de mayo, una fiesta en cada hogar mexicano, un arreglo de flores en las manos de la reina de la casa, un día en que se espera la visita de los hijos y nietos para celebrar con un plato de mole y sopa calientita pero con todos en la mesa.
Una celebración que en algunos hogares no sucederá, ante la falta de alguien en la mesa, la ausencia de una silla, así es la celebración de las madres que no celebrarán igual, ante la falta de su hijo o su hija.
Las madres buscadoras, que dejan el hogar para ir en búsqueda de sus seres queridos, colectivos que se formaron con las madres, las abuelas, las hijas de quien hoy desconocen su paradero y que lo que más anhelan es encontrar a sus seres queridos, más que un regalo, más que un ramo de flores.
Las madres buscadoras, que se unieron en la misma lucha, de amas de casa a activistas, de amas de casa a buscadoras entre la tierra y los escombros, de amas de casa a detectives.