En los últimos meses, docentes de instituciones educativas han observado el aumento de crisis emocionales entre estudiantes, principalmente relacionadas con trastornos de ansiedad y depresión. Estas situaciones, que se manifiestan en el entorno escolar, han llevado a las autoridades educativas a estrechar alianzas con instituciones especializadas en salud mental para ofrecer apoyo y recursos adecuados.
Según los informes de los educadores, una de las señales más evidentes de esta crisis es el aumento de salidas frecuentes del aula bajo la justificación de ir al baño. Sin embargo, muchos de los jóvenes utilizan este espacio para alejarse del grupo y poder calmarse, evitando enfrentar situaciones que les generen ansiedad.
Es en la escuela donde se está detectando estos trastornos, cuando debería ser en el hogar, donde los padres deberían estar atentos a estas señales. En muchos casos, los jóvenes prefieren mantener en silencio su malestar, y la escuela se convierte en el primer lugar donde se puede identificar el problema
En respuesta a este creciente desafío, las escuelas han implementado protocolos de actuación para abordar de manera efectiva estos casos, incluyendo la canalización de los estudiantes a servicios especializados y la organización de conferencias informativas sobre salud mental.