El pasado viernes, salmantinos se vieron sorprendidos por un intenso aroma a hidrocarburo que se propagó por la ciudad, generando molestias a la salud y obligando a instituciones locales a tomar medidas de evacuación y cerrar temporalmente sus puertas debido al impacto en la calidad del aire; el fuerte olor a productos derivados del petróleo alertó a la comunidad, causando preocupación entre los ciudadanos.
Joel Berlín, presidente del Patronato para el Monitoreo de la Calidad del Aire en Salamanca, lamentó que existan las normas ambientales y no se cuente con los aparatos necesarios para llevar a cabo mediciones precisas de los contaminantes en el aire, lo que habría permitido identificar el origen del olor y determinar la naturaleza exacta del contaminante.
Criticó la falta de colaboración entre las autoridades estatales y municipales con los miembros del patronato, quienes podrían haber proporcionado información valiosa para abordar esta situación. Berlín Izaguirre destacó que la ausencia de datos precisos dificultó que las autoridades reaccionaran de manera adecuada ante la emergencia, y señaló una aparente falta de coordinación y actuar por parte de Protección Civil y las autoridades de salud en el manejo de la situación.
Las causas detrás de este misterioso y desagradable olor a hidrocarburo siguen sin esclarecerse. Los ciudadanos exigen respuestas y una pronta investigación para determinar la fuente y el impacto en la salud pública. se espera que las autoridades tomen medidas para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro y que se fortalezca la colaboración con expertos en la calidad del aire para una respuesta más efectiva en casos de emergencia de este tipo.