Regina Crescencia Eulogio, es originaria de Santiago Mexquititlán, Querétaro, tiene 77 años de edad y pasa sus días inmersa en el paisaje urbano, utiliza tela, madejas de hilo y agujas para ganarse la vida, las arrugas en sus manos reflejan el paso del tiempo, su vista luce cansada, sus movimientos son un poco lentos, pero precisos, conserva el pulso para coser, bordar y dar forma a muñecas que oferta en las calles del centro de la ciudad.
A doña Regina, la vida le arrebató a su esposo hace 7 años, quedó viuda y con un hijo que a causa de una enfermedad está impedido para trabajar, el diario vivir para la mujer que lleva a cuestas más de 7 décadas, es difícil, las piezas artesanales que elabora son poco valoradas por la gente, en ocasiones no vende nada y pasa largos lapsos de tiempo sin comer.
Una caja de cartón en la que guarda sus muñecas, es la carga que acompaña a doña Regina en su peregrinar por Salamanca, Valle de Santiago y Villagrán, ciudades que visita con la esperanza de vender alguna de sus piezas artesanales.