Los restos de la reina Isabel II ya se encuentran en la capilla ardiente que se instaló en Westminster Hall, la parte más antigua del Palacio de Westminster, que alberga el Parlamento británico.
El ataúd de la monarca acompañado de la corona imperial del estado, fue traslado al interior por soldados de la Guardia de Granaderos y colocado en un catafalco.
El cuerpo de Isabel II fue trasladado en una procesión solemne, escoltado por sus hijos, el rey Carlos III, la princesa Ana y los príncipes Andrés y Eduardo; también desfilaron sus nietos, los príncipes Guillermo y Enrique, así como otros miembros de la realeza.
La procesión avanzó del Palacio de Buckingham a Westminster entre las salvas de los cañones de artillería y las campanadas del Big Ben y en medio de una multitud que se dio cita en el centro de Londres para despedir a la soberana inglesa, fallecida el jueves pasado a los 96 años de edad.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, cabeza de la Iglesia Anglicana, dirigió un breve servicio en honor a la monarca de Inglaterra durante las últimas siete décadas.
El féretro con los restos de Isabel II permanecerá durante cuatro días en Westminster Hall, en ese tiempo se espera que al menos 750 mil personas esperen hasta 30 horas para presentar sus últimos respetos a su majestad.
Será el lunes 19 de septiembre cuando se lleve a cabo el funeral de estado con lo que concluirán las honras fúnebres de quien fuera la reina de Reino Unido desde 1952.