La inseguridad que se vive en el país, destruye, no solo el tejido social, si no también la economía, en su mayoría de los más vulnerables, fueron las palabras del Obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz.
En su reflexión, señaló que los jóvenes son los más afectados, pues los grupos delictivos a toda costa buscan el reclutamiento y los jóvenes se ven deslumbrados por el dinero, el poder y el uso de armas, además de que la falta de empleo o mal remunerado, también los orilla a eso y a abandonar a sus familias por un poco más de dinero.
En este sentido, el Obispo señaló que lamentablemente los jóvenes van perdiéndose en el camino, mientras que a la ciudadanía muchas veces no les importa el destino de estos jóvenes.