No tener un buen descanso al dormir podría impactar el desempeño de nuestras actividades diarias, ser responsable de cambios en el estado de ánimo, problemas de memoria o de concentración, más riesgo de accidentes, niveles de estrés más altos, y peligro de desarrollar enfermedades como diabetes o hipertensión.
El insomnio es un trastorno del sueño y la vigilia, en el cual los pacientes se quejan de la dificultad persistente para conciliar el sueño y de su duración, consolidación o calidad. Este puede ser ocasionado por diversas razones, pero existen distintas prácticas que podrían ayudarnos a combatirlo y a tener un mejor ciclo de sueño.
Primero, es necesario establecer un horario regular de sueño, al intentar acostarnos y despertar a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, esto ayuda a regular nuestro reloj biológico y a mejorar la consistencia del sueño. También, evitar el descanso diurno puede ser útil si se padece de insomnio crónico, y en caso de requerirlo, que no pase de 30 minutos.
Hacer ejercicio al menos tres veces por semana puede promover un sueño más profundo, solo evitando hacerlo intensamente justo antes de acostarse, lo ideal es ejercitarse al menos unas horas antes de dormir. Asimismo, se recomienda evitar aparatos como celulares, televisiones, computadoras o tablets al menos una hora antes de irse a la cama, ya que las luces emitidas de estos dispositivos disminuyen la producción de nuestra hormona del sueño, la melatonina.
De igual modo, lo que consumimos por la noche es de gran impacto al dormir, por lo que, disminuir la ingesta de líquidos por la noche e hidratarse durante el día, así como procurar cenar al menos dos horas antes de acostarse y escoger alimentos livianos ayudará a que haya menos riesgo de reflujo y el organismo no esté enfocado en digerir la comida. Crear un ambiente propicio para dormir contribuirá a un mejor descanso, comenzando con una rutina relajante, como tomar un baño, leer, meditar o hacer ejercicios de respiración; así como reducir al máximo el ruido y la iluminación del lugar, adecuar la cama y la almohada para que sean lo más cómodas posible y escoger una postura adecuada para dormir.
Cabe mencionar que, estas medidas pueden tomar tiempo para adecuarlas y para que produzcan un efecto significativo, sin embargo, comenzar a adoptarlas llevará a que en cierto momento pueda desaparecer el insomnio y con ello todas las afecciones físicas y mentales que conlleva, mejorando así nuestra salud considerablemente.