Data la historia, que en 1922, la vida política de Salamanca se vio manchada de sangre con el asesinato del profesor, boticario y político salmantino, Alberto Soto, quien fue privado de la vida cuando era candidato a un puesto de elección popular.
Para 1922 en Salamanca solo existían dos partidos políticos: el Partido Rojo y el Partido Verde, fue durante una discusión entre militantes de ambas instituciones que agredieron a balazos al profesor Alberto Soto y se registró el crimen político que conmocionó la la ciudad.
En honor al político asesinado se le puso el nombre de Alberto Soto a la calle que en ese entonces se conocía como la calle del Reloj, actualmente la calle Revolución.
Ha transcurrido casi un siglo desde que se cometió el único asesinato político que registra la historia de Salamanca, el crimen de Alberto Soto, cuyos restos descansan en el Templo de San Agustín.