El café es una de las bebidas favoritas en el mundo, siendo la segunda más consumida después del agua, y si bien, su consumo moderado es benigno, beber demasiado café podría traer serias consecuencias a nuestro cuerpo, convirtiéndose en un poderoso compuesto psicoactivo.
Uno de estos problemas es el gastrointestinal, ya que el exceso de cafeína podría causar ardor e irritación estomacal, acidez, o malestar abdominal en algunas personas, además puede actuar como un diurético, lo que significa que puede aumentar la frecuencia de la micción y deshidratar si no se compensa con suficiente agua. Esta sustancia también es un estimulante del sistema nervioso central y, en grandes cantidades, puede causar nerviosismo, ansiedad, insomnio o dificultades para conciliar el sueño, especialmente si se consume tarde en el día; además, puede aumentar temporalmente la frecuencia cardíaca y la presión arterial en algunas personas. Aquellos con sensibilidad a la cafeína pueden experimentar palpitaciones o latidos cardíacos irregulares; y en algunos casos, puede exacerbar problemas digestivos como la gastritis, el reflujo ácido o las úlceras gástricas debido a su efecto estimulante en la producción de ácido estomacal.
Otra dificultad que podría causar su ingesta excesiva es que puede llevar a la dependencia, lo que significa que el cuerpo se vuelve más tolerante y puede necesitar más cafeína para lograr el mismo efecto. La interrupción abrupta del consumo de cafeína en personas dependientes puede causar síntomas de abstinencia como dolores de cabeza, fatiga y cambios de humor. La cafeína aumenta la atención, la energía y la sensación de bienestar, mas siempre se debe consumir moderadamente, dependiendo de la tolerancia y sensibilidad de cada persona y de esta manera aprovechar y disfrutar sus beneficios.