Guanajuato, tradicionalmente considerado un estado conservador en términos de políticas públicas y valores religiosos, no han avanzado en la discusión legislativa sobre la eutanasia o la Ley de Voluntad Anticipada. La influencia de la iglesia católica y sectores religiosos ha sido un factor importante en este estancamiento, y hasta la fecha, no hay propuesta formal en el Congreso estatal para abordar el tema.
En Guanajuato, la atención a pacientes terminales se ha centrado más en el desarrollo de programas de cuidados paliativos. Según cifras de la Secretaría de Salud de Guanajuato, en 2022 se atendieron aproximadamente 7,500 pacientes en estado terminal a través de cuidados paliativos.
El colegio de médicos de Guanajuato ha expresado su preocupación respecto a este tema, enfatizando la importancia de los cuidados paliativos y el acompañamiento psicológico para los pacientes terminales. Sin embargo, algunos sectores, incluidos grupos de derechos humanos y familiares de pacientes terminales, han comenzado a presionar por una discusión más abierta sobre el tema, argumentando que debería prevalecer el derecho a morir con dignidad.