Frida forma parte de toda una generación de mujeres trabajadoras, su abuelita, su mamá y ahora ella, decidieron tomar un ramo de flores y venderlos durante la festividad de Día de Muertos.
Aún con un poco de nervios, Frida, siendo parte de ese 7.5% de niños y niñas que trabajan en México, de acuerdo al INEGI, comprendió que no es malo atender un negocio, no es para dar pena, al contrario, entendió que así se forman las mujeres trabajadoras.
La pequeña comerciante, aprovechó el día de asueto escolar para ayudar a su abuelita, su mamá y su tía, que año con año acuden a vender flores afuera del panteón; explicó que, para poder comprarse juguetes, comida o artículos escolares se necesita dinero y en ocasiones la economía no es fácil para los papás en medio de tantos gastos y la alza en precios; sin embargo, invitó a los niños y niñas a no sentir pena por vender o ser comerciante.