La actividad física se ha asociado con mantener una buena salud en el cerebro y un mejor rendimiento cognitivo, incluso hay estudios epidemiológicos que demostraron que el ejercicio regular reduce el riesgo de desarrollar Alzheimer.
Esta asociación se debe a diferentes razones, como que el ejercicio mejora la circulación sanguínea, lo que significa un mejor suministro de oxígeno y nutrientes al cerebro, contribuyendo a un funcionamiento cerebral más eficiente; además, ejercitarse promueve la liberación de neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la noradrenalina, sustancias químicas cerebrales que están asociadas con el estado de ánimo, la motivación y el bienestar emocional.
Asimismo, se ha demostrado que, la producción de nuevas células cerebrales en una región del cerebro llamada hipocampo, la cual está involucrada en la memoria y el aprendizaje se estimula con activación física. Hacer ejercicio de igual modo puede mejorar la calidad del sueño, lo que es crucial para el funcionamiento cognitivo y emocional óptimo, además de mejorar la concentración, la atención y la capacidad de enfocarse en tareas específicas.
Cabe destacar que los beneficios del ejercicio no están limitados a un tipo específico de actividad, tanto el aeróbico como el entrenamiento de fuerza pueden tener impactos positivos en la salud cerebral, y el incorporar esta actividad regularmente en nuestra rutina diaria puede ser una estrategia valiosa para mantener la salud cerebral a lo largo de la vida.