La viruela del mono tiene en alerta al mundo entero debido a la reciente aparición de casos. Tan solo en Madrid ya hay siete contagios confirmados y 24 casos sospechosos que son estudiados por el Centro Nacional de Microbiología.
La transmisión de la enfermedad se produce por vía respiratoria, pero por las características de los casos sospechosos de infección apunta a que ha sido por contacto con mucosas durante las relaciones sexuales, informó este miércoles la Consejería de Sanidad madrileña.
También conocida como "monkeypox", se trata de una enfermedad muy poco frecuente, que generalmente se presenta con fiebre, mialgias, adenopatías (inflamación en los ganglios) y erupción en manos y cara, similar a la varicela y se transmite a través del contacto con animales o en contacto próximo con personas infectadas o materiales contaminados.
Las personas en estudio evolucionan positivamente y se encuentran aisladas en sus domicilios, aunque se debe mantener una vigilancia estrecha ya que pueden llegar a requerir ingreso hospitalario.
Los responsables de Salud Pública están a la espera del resultado de las pruebas de laboratorio y evaluando el papel de la vacuna de la viruela para el control de la transmisión, así como el uso de antivirales de ser necesarios.
También están realizando la investigación epidemiológica a los afectados e identificando a los posibles contactos.
Alerta sanitaria en Reino Unido
El pasado 15 de mayo el Reino Unido lanzó una alerta sanitaria a la Organización Mundial de la Salud, de acuerdo al reglamento sanitario internacional, tras detectar los cuatro primeros casos en Europa.
Mediante esta alerta, los técnicos de Salud Pública españoles informaron al sistema sanitario madrileño describiendo los síntomas, con lo que se pudo identificar a los primeros ocho posibles afectados que se reportaron ayer al Ministerio de Sanidad, y hoy la cifra se elevó a 23.
En Portugal se confirmaron hoy cinco casos de la viruela del mono y mantiene bajo vigilancia a otros quince, todos en la región de Lisboa y Valle del Tajo.
Los primeros casos humanos de la enfermedad se identificaron en la República Democrática del Congo en 1970 y el número ha ido aumentando durante la última década en países de África occidental y central.