Un perro puede llegar a evacuar diariamente un aproximado de 600 gramos de excremento, lo cual se interpreta como 18 kilos al mes.
La materia fecal de perros que queda en las calles se ha convertido en un problema cotidiano, ya que la mayoría son heces que no son recogidas o provienen de animales en situación de calle, lo cual puede derivar un problema ambiental según datos otorgados por la Universidad Autónoma de México.
Los rayos solares solidifican las heces, lo que causa que estas se conviertan en polvo para posteriormente dispersarse por el aire pasadas las 24 horas de que el perro realizó la defecación, esto puede contaminar el agua y los alimentos además de que pueden ser ingeridos al respirar y contienen parásitos, virus y bacterias, que trae como consecuencia enfermedades parasitarias crónicas, gastrointestinales, oftalmológicas, quistes e incluso aborto en gestantes, ya que cualquier persona está expuesta a ingerir los huevos de los parásitos que contienen estos desechos.