El uso de teléfonos y dispositivos electrónicos en las aulas se ha vuelto un tema relevante en la educación. Aunque estos dispositivos tienen el potencial de mejorar el aprendizaje, su uso inapropiado puede influir negativamente en el rendimiento académico.
La presencia de dispositivos como teléfonos, tabletas y laptops facilita el acceso rápido a información y recursos educativos, pero también aumenta las distracciones para los estudiantes. Un estudio del último año en instituciones de nivel secundaria y preparatoria revela que el 70% de los alumnos admite utilizar su teléfono para fines no académicos durante clases, lo cual impacta su nivel de atención y concentración.
En la actualidad, los padres de familia e instituciones pueden colaborar para establecer normas claras que permitan el uso controlado de estos aparatos, fomentando un ambiente de aprendizaje que favorezca el rendimiento académico.