Su piel refleja los estragos de largas jornadas bajos los rayos del sol, sus manos son ásperas por lo rudo de su trabajo; J. Soledad Ramírez Burgos, es un campesino originario de la comunidad Zapote de Palomas que ha dedicado 52 años de su vida a trabajar entre las tierras de cultivo.
J. Soledad empezó a trabajar desde que era adolescente, siempre entre las parcelas, había temporadas que no solo trabaja en su comunidad o en Salamanca, también salía a otros municipios de Guanajuato y a diversos estados del país.
El campesino que sobrepasa los 67 años de edad, es dueño de 2 hectáreas y media de terreno que cultiva con alfalfa, trigo y sorgo, pero la economía que generan sus parcelas no son suficientes para subsistir y también trabaja para productores agrícolas que tienen grandes extensiones de cultivo.
A pesar de que las jornadas son arduas y a pesar de que el campo es uno de los sectores más golpeados; J. Soledad nunca pierde el optimismo, ha sabido sortear los tiempos difíciles y ha sido ejemplo para sus 8 hijos, con su corazón lleno de fe camina de la mano de Dios, siempre con la confianza de que el ser supremo hará rendir su trabajo.