En las calles, en una banqueta, en un espacio público, en un predio abandonado, en una zona despoblada, a las orillas de una carretera, en un camino vecinal o en las faldas de un cerro, son algunos lugares donde se colocan cruces por personas que mueren de manera accidental, violenta o abrupta. Las cruces simbolizan el descanso del alma de los infortunados seres que ha dejado este mundo.
Esta práctica tiene sus raíces en la religión y es una costumbre que en México data desde la época de la Colonia.
La cruz en un sitio de muerte accidental, es un símbolo representativo de la cultura y de la comunión con las creencias y tradiciones. La cruz antes de ser colocarla, tiene que ser bendecida por un sacerdote.
Colocar una cruz, en el lugar donde una persona perdió la vida de manera violenta y repentina, es una forma de recordarle, de rendirle tributo y en ocasiones, es una forma de sanación para los familiares.