Las redes sociales han transformado la forma en que los jóvenes interactúan, comparten sus vidas y perciben el mundo. Aunque estas plataformas ofrecen conexión con amigos, el acceso a información también pueden ejercer una influencia negativa en la salud mental de los adolescentes y jóvenes adultos, aumentando en algunos casos el riesgo de pensamientos suicidas.
Uno de los principales problemas es la comparación social constante, las redes sociales como Facebook, Instagram y Tik Tok, están llenas de imágenes cuidadosamente seleccionadas que muestran aspectos positivos o "perfectos" de la vida de las personas. Los jóvenes suelen llegar a sentirse fracasados al compararse con estas imágenes irreales, lo que genera baja autoestima, ansiedad y depresión.
Un estudio publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México señala que el uso prolongado de las redes sociales puede aumentar el riesgo de estas enfermedades sumando el asilamiento en los hogares y en la sociedad. El grupo más afectado es el de 15 a 29 años, los hombres son más propensos a morir por autoeliminación que las mujeres con una proporción de 4 a 1.
La normalización del suicidio es un problema emergente en ciertas plataformas. A veces, se encuentran contenidos que romantizan esta situación o presentan esta acción como la solución para los problemas de la vida. Los jóvenes al estar expuestos a este contenido, pueden ver la muerte auto infligida como una salida viable, especialmente si están atravesando una crisis emocional.